Esta capilla está situada en Quibdó, cerca de la catedral, frente a nuestro hotel. Es pequeña, y casi no hay culto. Pero lo llamativo de ella es que al entrar dentro, todas las paredes están forradas de fotos y recordatorios.
Todas las fotos corresponden a personas asesinadas por la guerrilla, por paramilitares, policía, cruce de disparos, etc.
La mayoría son varones, de todas las edades. Examinando las fechas en que murieron, algunas son bastante recientes, señal de que el Chocó sigue siendo un sitio peligroso en el que vivir.
Hay historias bastante terribles. En Bojayá, ante el riesgo de morir por los disparos de los guerrilleros, o de los paramilitares, o del ejército, el conjunto de la población se refugió en la pequeña iglesia de la localidad. Allí, las FARC EP hicieron estallar varias granadas y mataron a todos, incluyendo niños pequeños.
Llega a ocurrir que las personas que sobreviven salen huyendo con lo puesto y se dirigen a poblaciones grandes, como Quibdó. Se les llama "desplazados".
Hoy día, gran parte de la violencia no tiene ninguna intencionalidad política ni ideológica. Es simplemente una guerra por el control de la producción de cocaína.
Cuando en España, algún tonto del culo tiene una tarde de bajón y compra cocaína para ponerse a tono, lo que no sabe es los muertos, desplazados y sufrimientos de inocentes que hay detrás de su rayita.
Niños del Chocó
La zona más deprimida de Colombia. Un Punto Caliente de Biodiversidad
domingo, 29 de agosto de 2010
viernes, 27 de agosto de 2010
Monjas increíbles
La extrema pobreza de muchas zonas del Chocó se ceba principalmente en los niños pequeños. Muchos están desnutridos, parasitados o con diferentes dolencias a las que los padres no les pueden dar solución.
Un grupo de españoles http://www.quibdo.org/ ha creado una asociación humanitaria y con sus fondos sostienen una guardería en Quibdó. Pero nada sería posible sin la acción de las Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz.
Un grupo de españoles http://www.quibdo.org/ ha creado una asociación humanitaria y con sus fondos sostienen una guardería en Quibdó. Pero nada sería posible sin la acción de las Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz.
Cada mañana una buceta va recorriendo los barrios más desfavorecidos y recogiendo a los niños seleccionados, unos 30 niños.
Los niños están alrededor de seis meses inscritos en el programa de nutrición. Un médico los revisa, una nutricionista los controla y las monjas los atienden en todo los demás. Muchos niños aprenden a andar, a hablar, a sonreir en la guardería.
Los problemas no son simplemente de alimentación. Por ejemplo, Diana tiene parálisis cerebral. Una niña con estos problemas tiene un futuro muy negro en el Chocó. Pero aquí al menos se le ha estimulado su motricidad y en pocos días ya empezaba a mover sus articulaciones. También las monjas se las han ingeniado para conseguirle una silla especial para que pueda mantener la espalda recta. De donde han sacado la silla no lo sabemos, pero ellas lo han conseguido. Diana ha aprendido a sonreir, pero su llanto todavía no es audible.
Otro problema serio es el de Pablo. Nació con labio leporino. Estos niños no pueden succionar y el hospital le hicieron un gastro..., bueno un tubo que a través del abdomen llega al estómago, y le pasan comida líquida por el tubo.
Pero el seguro se acabó. Y ahí se queda el niño con su tubo. Infecciones, diarreas, fiebres frecuentes. Al poco tiempo se obstruye y ya no entra comida. Se intenta alimentar por boca aunque se atraganta con frecuencia. Es urgente retirar el tubo. ¿De dónde sale el dinero? No se sabe. Pero como las monjas van comprometiendo a todo dios, el niño se llevó a Medellín y lo atienden debidamente.
Nosotros hemos comprobado in situ la enorme eficacia y la meritoria labor de estas mojas ayudadas de donativos españoles. Aquí hasta el último euro se aprovecha.
Al llegar se les da un desayuno muy nutritivo, un almuerzo, el "abrir boca" después, y para terminar una merienda que se llevan a su casa.
Si te sobre algún euro acuérdate de ellos.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Quibdó, la capital del Chocó
Altitud 43 metros sobre el nivel del mar.
Temperatura media 28 ºC
Precipitaciones anuales 10.749 litos por metro cuadrado. El mes más lluvioso suele ser agosto, con un promedio de 811 litros, y febrero el menos lluvioso, con 483 litros.
La humedad relativa es del 90 %.
Los principlaes ríos de la zona son el Atrato, Tagachí, Cabí, Quito, Ichó, Tutunendo y Munguidó.
Temperatura media 28 ºC
Precipitaciones anuales 10.749 litos por metro cuadrado. El mes más lluvioso suele ser agosto, con un promedio de 811 litros, y febrero el menos lluvioso, con 483 litros.
La humedad relativa es del 90 %.
Los principlaes ríos de la zona son el Atrato, Tagachí, Cabí, Quito, Ichó, Tutunendo y Munguidó.
La mayoría del territorio está poblado de bosque, aunque la explotación maderera efectuada por nativos y colonos está generando grandes daños al ecosistema. Los hombres con hacha hacen la tumba del monte. La agricultura constituye la principal actividad y fuente se subsistencia. Se siembran cultivos de plátano, banano, arroz, maíz, yuca y caña, los cuales se comercializan en la cabecera municipal.
El sistema de cultivo es rudimentario. Se hacen barbechos a orillas de la quebradas y caños, que rotan cada dos a cuatro años. La caza se realiza exclusivamente para el consumo. El sector pecuario sigue en importancia, representado por la cría de cerdos y gallinas. Realizan la pesca de sardinas, mojarra y guacuco.
(Datos extraídos de la Universidad Tecnológica del Chocó)
martes, 24 de agosto de 2010
¿Qué le pasa a Jackson?
Jackson tiene dos años. Él y su familia viven a la orilla del río Cabí, afluente del Atratos. Su casa es la típica de la zona. Una cabaña de tablas elevada sobre palos para evitar las fluctuaciones del nivel del río.
La madre de Jackson sobrevive sacando arena del fondo del río. Mientras ella está en el río, la hermana mayor, de diez años es la que cuida de los dos hermanos menores.
Las tablas que se apoyan en la fachada servirán para alimentar el fogón en el que se hace la comida.
¿Pero qué le pasa a Jackson?
Jackson tiene la barriga muy hinchada. La causa es que tiene el intestino lleno de lombrices. La madre dice que las lombrices "están embolsadas".
Jackson no hace más que comer para poder alimentar a tanto parásito.
Su madre le ha colocado al cuello un amuleto para espantar a los malos espíritus. Pero no parece haber tenido éxito con las lombrices.
Lo malo de una situación tan grave es que cuando la población de lombrices crece, estas migran desde el intestino hacia la boca, por donde salen muchas, pudiendo otras entrar por la tráquea y asfixiar al niño.
La madre de Jackson sobrevive sacando arena del fondo del río. Mientras ella está en el río, la hermana mayor, de diez años es la que cuida de los dos hermanos menores.
Las tablas que se apoyan en la fachada servirán para alimentar el fogón en el que se hace la comida.
¿Pero qué le pasa a Jackson?
Jackson tiene la barriga muy hinchada. La causa es que tiene el intestino lleno de lombrices. La madre dice que las lombrices "están embolsadas".
Jackson no hace más que comer para poder alimentar a tanto parásito.
Su madre le ha colocado al cuello un amuleto para espantar a los malos espíritus. Pero no parece haber tenido éxito con las lombrices.
Lo malo de una situación tan grave es que cuando la población de lombrices crece, estas migran desde el intestino hacia la boca, por donde salen muchas, pudiendo otras entrar por la tráquea y asfixiar al niño.
jueves, 19 de agosto de 2010
Las casas del Chocó
Las más humildes de todas viven en las orillas del río Atratos. Parecen palafitos. Todas se levantan sobre una estructura de palos que mantiene la casa en alto en caso de subidas del nivel del río.
Las paredes y el suelo son de tablas. En el techo hay una especie de chapa metálica ondulada para evitar el agua de lluvia. Hay que tener en cuenta que estamos en el lugar más lluvioso del mundo.
Dentro de la casa apenas hay mobiliario. Una mesita para una televisión pequeñita, alguna silla de plástico y poco más. Se come en el suelo, se duerme en el suelo y se está en el suelo.
No hay agua corriente ni alcantarillado, aunque casi todos tienen luz eléctrica. El agua es de lluvia que recogen en un bidón y de ahí van sacando para todo el día.
Las paredes y el suelo son de tablas. En el techo hay una especie de chapa metálica ondulada para evitar el agua de lluvia. Hay que tener en cuenta que estamos en el lugar más lluvioso del mundo.
Dentro de la casa apenas hay mobiliario. Una mesita para una televisión pequeñita, alguna silla de plástico y poco más. Se come en el suelo, se duerme en el suelo y se está en el suelo.
No hay agua corriente ni alcantarillado, aunque casi todos tienen luz eléctrica. El agua es de lluvia que recogen en un bidón y de ahí van sacando para todo el día.
lunes, 16 de agosto de 2010
¿Conoces el Chocó?
Hace ocho años que nuestra vida cambió. En el hospital de Jerez de la Frontera, nos hablaron del Chocó. El Chocó es una región de la cosgta pacífica de Colombia. Su capital es Quibdó.Y concimos la penuria en la que se encontraban sus habitantes. Allí todos son morenos (negros de diferentes tonos). La tasa de mortalidad infantil es muy alta. La esperanza de vida de sus habitantes no supera los cincuenta años. La educación es un lujo.
Conocimos que se podía apadrinar algún niño y traerlo a España para darle estudios y unas posibilidades de futuro que no allí no tenían. Siguiendo los pasos que ya habían iniciado otras personas del hospital nosotros también nos sumamos a esta labor. No se trataba de adoptar a nadie sino de acoger para que pudieran estudiar. Cuando fueran mayores de edad los niños volverían a Colombia si lo deseaban.
Hubo dos intentos de apadrinamiento y de traslado a España, pero ambos niños desaparecieron, o dejamos de tener noticias de ellos.
Hace cuatro años vino Jeidy.
Tenía ocho años, muy pequeña para su edad y sin ningún conocimiento escolar. Todo estaba por hacer.
Multitud de recuerdos vienen a mi memoria en este momento.
Ahora estoy con otros dos padrinos españoles en Bogotá. La historia de estos años ha sido apasionante, pero con muchos momentos agridulces. En la mesa de al lado están planeando estrategias y la mesa llena de papeles.
Conocimos que se podía apadrinar algún niño y traerlo a España para darle estudios y unas posibilidades de futuro que no allí no tenían. Siguiendo los pasos que ya habían iniciado otras personas del hospital nosotros también nos sumamos a esta labor. No se trataba de adoptar a nadie sino de acoger para que pudieran estudiar. Cuando fueran mayores de edad los niños volverían a Colombia si lo deseaban.
Hubo dos intentos de apadrinamiento y de traslado a España, pero ambos niños desaparecieron, o dejamos de tener noticias de ellos.
Hace cuatro años vino Jeidy.
Tenía ocho años, muy pequeña para su edad y sin ningún conocimiento escolar. Todo estaba por hacer.
Multitud de recuerdos vienen a mi memoria en este momento.
Ahora estoy con otros dos padrinos españoles en Bogotá. La historia de estos años ha sido apasionante, pero con muchos momentos agridulces. En la mesa de al lado están planeando estrategias y la mesa llena de papeles.
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