Esta capilla está situada en Quibdó, cerca de la catedral, frente a nuestro hotel. Es pequeña, y casi no hay culto. Pero lo llamativo de ella es que al entrar dentro, todas las paredes están forradas de fotos y recordatorios.
Todas las fotos corresponden a personas asesinadas por la guerrilla, por paramilitares, policía, cruce de disparos, etc.
La mayoría son varones, de todas las edades. Examinando las fechas en que murieron, algunas son bastante recientes, señal de que el Chocó sigue siendo un sitio peligroso en el que vivir.
Hay historias bastante terribles. En Bojayá, ante el riesgo de morir por los disparos de los guerrilleros, o de los paramilitares, o del ejército, el conjunto de la población se refugió en la pequeña iglesia de la localidad. Allí, las FARC EP hicieron estallar varias granadas y mataron a todos, incluyendo niños pequeños.
Llega a ocurrir que las personas que sobreviven salen huyendo con lo puesto y se dirigen a poblaciones grandes, como Quibdó. Se les llama "desplazados".
Hoy día, gran parte de la violencia no tiene ninguna intencionalidad política ni ideológica. Es simplemente una guerra por el control de la producción de cocaína.
Cuando en España, algún tonto del culo tiene una tarde de bajón y compra cocaína para ponerse a tono, lo que no sabe es los muertos, desplazados y sufrimientos de inocentes que hay detrás de su rayita.
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